jueves, 22 de enero de 2009

UN ADIOS PARA SIEMPRE





Todo empezó con un fraude y acabó con una estafa.
Y todo el mundo –no sólo los que lo eligieron– está pagando la cuenta.

Han sido ocho años en los que el mundo ha estado al borde de un ataque de nervios (con cientos de miles sufriendo ataques físicos). Con relojes, calendarios y sitios de Internet diseñados para mantener una cuenta del tiempo hasta por segundos para marcar el fin de la era de George W. Bush, el presidente con la mayor desaprobación popular de la era moderna, y considerado por historiadores y analistas como, tal vez, el peor de todos (y no es una competencia fácil de ganar) está por desalojar la Casa Blanca y regresar a la vida privada en Texas.

Pocos meses después de llegar a la Casa Blanca, justo después del 11 de septiembre de 2001, Bush alcanzó los índices de aprobación más altos con 90 por ciento. Hoy, en la última encuesta de CBS News/New York Times, difundida este fin de semana, Bush gozaba de 22 por ciento de aprobación, el peor nivel jamás registrado (sólo podría consolarse con que Dick Cheney, su vicepresidente, tenía 13 por ciento).

El hombre que declaró una nueva cruzada en nombre de Dios contra los infieles, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, quien proclamó que “o estás con nosotros o estás con el enemigo”, quien rompió la Constitución, la Carta de Naciones Unidas, las Convenciones de Ginebra, quien encabezó el gobierno más clandestino en tiempos recientes, y que se tropezaba con el idioma ofreciendo un diccionario de términos atropellados ahora famosos, se irá hacia su puesta del sol, apostando –como afirmó en su última conferencia de prensa– más o menos algo como que la historia lo absolverá.

Pero por el momento, sólo los llamados neoconservadores, algunos cristianos fundamentalistas, grandes intereses de energía, y los cómicos, han expresado su tristeza al concluir esta presidencia...http://www.rebelion.org/noticia.php?id=79349

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